Introducción

En este documento le presentamos el informe del teniente Batigny Gaston (54RIF), destinado a la casamata n°6, dicho casamata del Dreve San Antonio.

Este informe describe la guerra entre el 10 y el 25 de mayo de 1940. Los documentos relativos a después del 25 de mayo de 1940 se destruyeron en el encarcelamiento del 54e BRONCA en Alemania.

El Sr. Lenne Xavier nos transmitió este documento. Nos lo agradecen vivamente.

Del 10 al 19 de mayo de 1940

El orden de alerta que nos llega, los soldados abandonaron sus impulsiones y recuperaron la casamata que se organiza inmediatamente sobre el pie de guerra a tres vueltas. Los cocineros permanecerán algunos días aún al sitio de la cocina a la intersección de las carreteras de Odomez a San Amand y de Bruile San Amand al Drève San Antonio. Un puesto de circulación funciona al mismo sitio bajo mis órdenes con un F.M en DCA.
A la casamata se procede a la instauración, desengrasado, etc de todo el material, un F.M en D.C.A funciona. Los convoies de Belgas enmarañan ininterrumpidamente sobre la carretera sobrevolada bastante a menudo por aparatos enemigos. Somos metrallas en sucesivas ocasiones sin accidentes.
Casi todas las noches, a 18:00, recibimos un rosario de bombas y entre una bomba de grandes calibres. Estas bombas caen en los alrededores inmediatos de las casamatas y sin daños. Se sorprende a los hombres sin embargo de estos ataques sin contrapartidas.
Tropas ocupan los intervalos entre las casamatas, pero debo desplazarme frecuentemente en compañías del soldado Vanwassenliore Raymond, de voluntario permanente para estas salidas, con el fin de ir a ponerse en contacto con los funcionarios que encargan las tropas de intervalos, ya que éstos se obstinan:
-1° que debe incluirse que deben protegernos de ataques frontales puesto que no tenemos ningunos medios de fuego en esta dirección, excepto el F.M de campana.
-2° que debe colocarse nidos de metralletas o F.M delante de la zanja anticarro, es decir, al bonito medio de los campos de tiros de la casamata.
Durante estos reconocimientos proseguidos a veces hacia la línea intermedia con el fin de obtener la información que me falta, pasamos en zonas peligrosas, pero sin entorpecida, excepto una caída que hago en alambres de espinos, me hiriendo bastante profundamente a antes del brazo derecho, solamente las carnes se rasgan, es pues sin importancia.
Debemos ir a buscar un suministro reducido a la casamata de la Liebre, a 1:20 nosotros. Del principio al final, algunos voluntarios se encargarán a este servicio que me agrado a citar, ya que estuvieron en cualesquiera circunstancias sobre todo elogio; el sargento Lucien Debail y la segunda clase Paul Dupuis y Jules Bribaut.
Hacia el 17 de mayo, para el contra ataque de la “agrupación Bouillet” sobre Avesnes sobre Helpes, van 4 2.os clasifica: los soldados Albert Menu, André Dumont, José Chanpy y Jean Arcus, los 4 hombres van con 3 F.M y 16 cojos cargadores llenas por F.M. Estas armas me faltarán mayor más tarde, ya que estos 4 hombres no volverán a entrar a la casamata sobre el estado nominativo, los llevo como desaparecidos.
Durante este período mi esfuerzo se continúa, sobre todo volver a poner a los hombres en posesión de sus medios, ya que mucho no come ya. Son desconectados por el ruido de los estallidos y bajo el golpe de una depresión nerviosa. Tressaillent a cada estallido, que se experimentan mucho por otra parte en la casamata e impiden alrededor todo sueño. Tengo mucho mal a convencerlos de la solidez de la casamata, persisten a ver grietas por todas partes, mientras que un número insignificante de golpes alcanza la obra. Para ser sinceros, los días y las noches son largos, se espera en una clase de fiebre, ya que recibimos golpes sin poder volverlos, lo que exaspera obviamente.
Por otra parte, los hombres no ignoran que nos es imposible servirnos del arma mixta bajo campana (hermanamiento Riebel y cañón de 25 cortos, colocado corriendo marzo, abril de 1940), que no tenemos ningunas municiones para el mortero de 40 (a pesar de mis múltiples reclamaciones) y nuestros medios de observaciones se limitan al periscopio de campana, dado que nunca se sustituyó los episcopios por diascopios varias veces anunciados.
Por fin los hombres se sienten aislados, ya que no pierden ningunas de las faltas de las tropas de intervalo y terminan por el dados por inútiles, no tienen ninguna confianza en ellas. No se ve ningún avión combinado y excepto un grupo de morteros, no se entienden ningunos golpes iniciales de artillería amiga. Por fin él allí al canguelo de la 5.o columna que no pasa. Tengamos en cuenta que el estator de un diesel se retiró y que, por lo tanto, tengo un motor inutilizable. La corriente se debe de remontar, pero hay y la atmósfera es aflojada un poco y que confía hacia el 18 de mayo.

Del 19 al 23 de mayo de 1940

El 19 de mayo, observo estallidos mucho más frecuentes, los obuses pasan en general sobre nosotros y estallan a 100,150 metros de bajo madera. Algunos golpes cortos caen en los alrededores de la casamata, pero sin daño. Algunos árboles comienzan descabezarse y se ve lejos a los tejados que vuelen en resplandores. La zona se vuelve cada vez más peligrosa, sufrimos bombardeos incesantes tanto por la artillería como por aviación y minúsculos. El avión de reconocimiento que enciende y que sobrevuela en quasis permanencias; se indican inmediatamente nuestras salidas exteriormente y se riegan todos los cursos de proyectiles.
Los proveedores van cada mañana sin fallos. Las tropas de intervalos que se obstinan en colocarse delante de la zanja anticarro, debo salir en sucesivas ocasiones durante los días 19,20, 21 de mayo. Mi última salida tuvo lugar el 22 de mayo y será inevitable al soldado Vanwassenliore que la acompaña siempre como voluntario. Este 22 de mayo, el día comienza por un violento bombardeo, luego la calma se restablece, los estallidos están más alejados, los proveedores van como generalmente. Su salida se saluda a algunos minutos de intervalos por una lluvia de metralla, tengo en cuenta también y por primera vez el estallido de obuses deflagrantes.
La presencia del enemigo se hace sentir más difícilmente, pero ninguna información puede ser obtenida por teléfono subido sobre cable aéreo ligero que funciona con intermitencias. El teniente Gallion parece poco a la corriente de lo que prescinde en nuestra esquina, además, su PORCENTAJE a. verano desplazado a la Estrella de Cernay, pero su sitio no reconocido por mis hombres, evito a cualquier precio enviar corredores, ya que mi personal dista mucho de estar completo, somos ahora 24 sobre un personal previsto de 40 y tengo miedo de nuevas pérdidas.
La información que poseo procede:
- De una parte de mis conversaciones con las tropas de intervalos, generalmente con sargentos, jefe de grupos, ya que de todas mis salidas, sólo conseguí dos veces hablar a un funcionario y el solamente, un funcionario vino a ponerse de acuerdo con mi en torno a la casamata en cuanto a TIR.
- De otra parte: los heridos leves de las líneas principales de resistencia e intermediario que vienen a hacerse ocupar, y que tengo un mal infinito a hacer remontar en línea. Una partida T.S.F había sido bien necesaria.
El después de mediodía, hacia las 15, voy con el soldado Vanwassenliore en dirección de la casa forestal de Odomez. La ida y la vuelta se efectúan de manera relativamente pacífica y cuando me incorporo a la casamata, algunos hombres toman el aire muy contra la puerta. Me nos detenemos Vanwassenliore y me, le habla a sus camaradas mientras que me dirijo hacia los sectores de la habitación de TIR Este, con el fin de darme cuenta si no se causaron algunos daños a los cuadros exteriores. Había dado apenas algunos pasos que una explosión formidable resuena, yo me siento levantado de tierra, hago una pirueta en el aire y vuelvo a caer dormido sobre el numerado. Me parece haberse afectado a la esquina del hombro, veo muy negro y tengo dolor que respirar, absorbí CO2. Siento caer sobre mi una lluvia de polvo así como de las trozos de tierra. Yo reaccionados de un bloque y sin saber, me encuentro en la casamata. Veo inmediatamente a varios hombres que sangran. Hay el soldado Ohiers que tiene una herida al frente, el soldado Desmaret, una cuchillada al muslo, el sargento Debail dándose cuenta que Vanwassenliore permaneció afuera va a buscarlo. Está sin conocimiento. Personalmente, recupero, mi angustia al corazón desaparece, tengo un espléndido azul al hombro, resumidamente nada de importante. La noche me daré cuenta tener dos cortes bastante profundos a antes del brazo derecho y encontraré un pequeño resplandor en mi manga.
El soldado Vanwassenliore es inmediatamente aseado, lleva una enorme herida a lo largo de la columna vertebral, dos heridas al vientre, tiene un brazo casi dividido. ¡El obús o la bomba estalló a 3m20 él! Reanuda conocimiento y me pide: ¡irá a ver a mi mujer, me dice, tienen hasta el final, hasta el final!
Camilleros del P.S.B de San Amand las Aguas vienen a buscarlo hacia 18:00. He sabido hace algunos meses por su mujer quien se había muerto a finales de mayo a Mouchin.
Excelente soldado, dio, de son vivo, ejemplo de valor y menosprecio el peligro. Yo informados el Lt Galeón por teléfono; ¡la noche se cortará definitivamente éste!
Permanecemos 23 con dos heridos leves, sin contarme.
Pude interrogar a los camilleros, me dicen que los Alemanes están en Escalda y que elementos avanzados se cruzado. No hablo a mis hombres, están demasiado nerviosos e incapacitados. Los bombardeos se hacen de día en día más preciso, los golpes iniciales de los Alemanes se entienden muy bien, avanzan. Siento eso muy claramente el sábado y doy órdenes para que el guardia de noche sea vigilante. Mi casamata, en efecto, está en un bajo fondo y el drève San Antonio es un camino secundario extremadamente bien enmarañado para cualquiera querría no pasar por la carretera nacional. Hay pues oportunidades para que un ataque se desencadene sobre mi en un futuro próximo.

26 de mayo de 1940

Dados la mañana, a 4:30, soy despertado por un bombardeo formidable que se corta sobre nosotros y sobre el linde del bosque. No responde nada e ignoro que no se apoya ya entretanto. Eso dura 1:30 alrededor, luego tranquilo y nuevo bombardeo; A lejos se propone escupir de las armas automáticas, pero imposible de detectar su presencia. El rompe corteza de la mañana nos reúne muy excepto el guetteur, aprovecho para exponer a los hombres nuestra situación y cómo veo desencadenarse un ataque enemigo.
Los reconforto de mejor que puedo y cada uno parece dispos a hacer su deber.
Hacia 10:30 de la mañana, un golpe seco que se refleja por todas partes procede de la campana de guet. Interrogo al guetteur que no me responde, apagado seguramente. Durante este tiempo, resuenan un segundo, un tercero, un décimo golpe. El guetteur recupera, le doy orden de intentar detectar el origen de los golpes. La mancha se revela bastante difícil, ya que cada vez que elevamos el periscopio, los golpes redoblan y por otra parte, deseo conservarlo, ya que es mi solo medio de observación hacia el frente. La campana resiste bien y después de un momento de angustia, los hombres reanudan confianza. Hacia 10:55, el TIR bastante apremiado parece borrarse, el guetteur me indica relámpagos que parecen corresponder a los golpes recibidos, las indicaciones se referidas a la tarjeta dan una distancia de 1200 a 1300 metros, un golpe afecta aún, seguido de un choque violento dentro de la campana. Cada uno oyó este ruido
Singular, un gran silencio se hace, roto por nuevos golpes que serán los últimos. Me precipito en la jaula de subida, el 2.o clasifica a Louis Grard no responde, la trampilla es de ordinario bastante pesada, pido a un soldado levantarla, es cosa imposible, Grard debe haber caído arriba. Pensamos que la campana cedió. Hago descender el piso móvil, se extiende Grard en arco de círculo, de la sangre pasa de su boca, se murió, completamente roto, brazo, pierna, columna vertebral, barbilla. Su a numerado yace la corona interior de fijación del marco de un diascopio que a cedido: esta parte lleva una falta, es un defecto de fabricación. El F.M de campana que era fijado en la apertura de este diascopio se vuelve inutilizable, no tengo más de F.M. la campana soy intacto, por el contrario se falsea el periscopio. Suspendo momentaneamente el servicio de guet y lo sustituyo por una vigilancia a los catalejos de control. ¡Para la noche y la noche, tengo la intención de hacer efectuar el guet en la campana del arma mixta que posee también un periscopio, pero la posición es la la más incómoda con el arma mixta que no puede establecerse y se limita el campo de observación! Los guetteurs a los catalejos me indican el repliegue de grupos armados, de los heridos evacuados hacia la parte, de los chenillettes que vienen antes de. ¡La situación me parece seria, doy órdenes severas para el cuarto a los catalejos, se comprueba de nuevo el armamento! El último aseo de Grard se acaba, lo enterraremos en la noche.
A partir de 13:00 el bombardeo cesa. A 14:30 alrededor, abrimos el fuego sobre grupos de infiltración constituidos por término medio por dos o tres hombres. Hacia 15:30 - 16:00, todo parece tranquilo, cesamos el fuego siguiendo observando, el orden somos extraer contra todos movimientos sospechosos, ya que nuestro campo de TIR casi está constituido solamente por campos de cereales y como no hay viento, la oscilación de los troncos ofrece una información. Hay muchas marchas enmarañadas, pero no podemos pegarlos no teniendo municiones para el mortero. A 16:15, un corredor viniendo del P.C del Lt Galeón me aporta el orden escrito de dejar la casamata después de las destrucciones de uso. La orden inicial será dada por seis semáforos lanzados por la casamata de Alta Orilla (Slt Hardy). El corredor no recibió ningunos golpes de fuego. No comprendo nada a este orden, ignorando muy de la situación, y yo tengo las lágrimas a los ojos de deber dejar “mi” casamata mientras que conseguí inculcar a mi tripulación un espíritu combativo y de sacrificio, ya que queríamos “tenernos hasta el final” como prometido. Doy las órdenes necesarias para los principios y para los sabotajes. Las armas transportables se desmontan, los empaquetados subidos sobre los bolsos, etc no se perciben los semáforos, el Slt Hardy se ve obligado a enviarme a un hombre que me avisa que la señal inicial ya se dio desde hace algún tiempo. El corredor me dice no haber limpiado ningunos golpes de fuego y tener nada visto sospechoso. Hago precipitar los preparativos. Un determinado pánico reina. Una parte de la tripulación debe permanecer con mi para las últimas destrucciones, la otra parte, bajo la conducta del sargento jefe Trinquete nos sacará y nos esperará en un punto fijado en el drève San Antonio. Los hombres se lanzan, tan pronto como, la puerta abierta, no hicieron 20 metros que metralletas crépitent, como como ovejas, los otros hunden a través de todo antes de que haya tenido tiempo de recordarlos. En la casamata, siguen siendo el sargento Debail y dos hombres. No podemos enterrar a nuestro camarada Grard bajo el fuego de las metralletas, de más no consideramos ya las claves cuadradas necesarios para la apertura de los barriles de gasóleo, no podemos ya desplazarlos a 4 ya que se amontonan el uno sobre otros. En realidad, los barriles de petróleos están en una cavidad arreglada en medio de las cajas de comidas de reserva (esto para evitar el derroche y las iniciativas individual). Operamos las últimas destrucciones: diesel, claves de seguridad del 47, pasadores de los sectores, recogida de los papeles secreta, etc A nuestra vuelta, vamos cortando a través de los alambres de espinos y directamente hacia el lo más cerca posible linde de taladro, yo cerramos la marcha. Llegado al linde una bola silba desagradablemente a mis orejas: es la única manifestación del enemigo.

Tenemos un testimonio

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SF_Escaut. Casamata n°6 (historia); Realizado a partir de un documento del Sr. Lenne Xavier quien agradecemos vivamente. E-R Cima ©2003-2008

0_*; Ficheros locales; 1_*; Introducción; 3_*; Del 10 al 19 de mayo de 1940; 4_*; Del del 19 de mayo al 23 de mayo de 1940; 5_*; El 26 de mayo de 1940